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UNA NOCHE HISTÓRICA, QUE NO SERÁ LA ÚLTIMA: THE CULT EN ARGENTINA

Tormentas, baja de temperaturas y un cielo oscuro desde temprano: así fue el primer domingo de marzo de este 2025, y lo que, se suponía, el último día de The Cult presentándose en nuestro país.

Eran las 20.30 horas cuando la mitad del mítico Templo del Rock ya estaba prácticamente repleto de gente, aún siendo el día, de los dos, que no estuvo sold out. En ese mismo momento, y más que puntual, comenzó la banda que abría la segunda noche de Ian Astbury y compañía: Dum Chica.

El dúo formado por Lucila Storino y Juana Inés Gallardo dio un show corto pero contundente. Sin embargo, el público de The Cult, cuyo promedio de edad rondaba los 50 años y no parecían muy ayornados a la música actual, no supo disfrutarlo del todo, aunque sí -valoración al respecto- supo aplaudir al final de cada tema.

Llegaron las 21 horas y aún faltaban 30 minutos para el comienzo del show por el que todos los presentes habían ido al Estadio Obras. Los técnicos ultimaban detalles de los instrumentos, la gente se iba adelantando y acomodando en su lugar.

Claro, 8 años nos separaban de la última presentación de The Cult en nuestro país. Mucho tiempo para saber: ¿Cuál es el ritual de la banda antes de comenzar el show? Para misterio de nadie, un técnico comenzó, primero por la batería, sahumando con un palo santo que continuó luego por los instrumentos y micrófonos de adelante, incluyendo a gran parte del público que se encontraba en el vallado. Un olor a incienso que llegó hasta gran parte del campo y que confundió, por un momento, si nos encontrábamos en un recital de rock o en la feria de Plaza Francia.

Pasadas las 21.30 horas se apagaron las luces. El público atento vio entrar a la banda que dio inicio con In the Clouds. Si algún fanático de los británicos fue ambos días, escuchó absolutamente la misma lista de temas, sólo que, en la segunda noche, no hicieron Star como cuarta canción.

La energía acompañó. Aún no siendo una fecha con entradas agotadas, lo parecía. Pero no sólo la energía debajo del escenario: Ian Astbury lo da todo. Con sus 62 años a cuestas, sigue demostrando lo buen frontman que es, más allá que se le pueda criticar su capacidad vocal disminuida. Durante toda la noche corrió de un lado al otro, saltó e hizo cientos de movimientos y trucos con su pandereta.

En cuanto a la puesta en escena, hicieron valer el ‘menos es más’: Nada de pantallas ni de escenografías imponentes, más que juegos de luces constantes que variaban de acuerdo a las canciones.

El público cauto pero atento se terminó de despertar cuando comenzaron ‘las que sabemos todos’, a mitad del set. Resurrection Joe, Edie (Ciao Baby), Revolution y la esperada Sweet Soul Sister que además, engancharon con Riders on the Storm (The Doors), fueron la vitamina necesaria para que el pogo y las voces alzadas se hicieran notar.

Lucifer, Rain, Spiritwalker y She Sells Sanctuary siguieron en la lista para que llegue el impass que daría lugar a los bises. Ya para esta altura de la noche, los seguidores de The Cult habían logrado escuchar la mayoría de los temas por los que fueron.

La interacción con la gente no fue demasiada durante las 2 horas y media pasadas de concierto aunque sí, mucho agradecimiento por parte de Ian, bien recepcionado por el público argentino que sabe cómo festejar a su banda: Olé olé olé y corear absolutamente todos los momentos de las mejores canciones.

Sobre Av. del Libertador la tormenta seguía incesante. La banda se volvía a subir al escenario. ‘Ahí vienen de nuevo’, se escuchaba decir a padres que habían llevado a sus hijos, a ver el show de lo que, muy probablemente, es la banda que los acompañó durante toda su vida.

Una remera de Diego Armando Maradona blanca sobre la remera negra de Astbury. Un anuncio sorprendente: ‘el 4 de marzo tocaremos en el Teatro Vórterix’, intentó decir en español. Sin dudas, un gran broche de oro. Brother Wolf, Sister Moon, Fire Woman y Love Removal Machine cerraban esta noche que, al final, no fue la última.

Las entradas para mañana ya se encuentran a la venta. Será un evento más que íntimo para que los verdaderos fanáticos puedan disfrutar después de una espera tan larga por el regreso de Ian Astbury y Billy Duffy -más que bien acompañados en su nueva formación- a nuestro país.



Autor:Antonela Rossi (@antorossm)

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